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Nunca imagine que esto me pudiera suceder, pero así fue. Después de un divertido día de compras en preparación para las próximas vacaciones, el plan era pasar un par de semanas en la playa en compañía de mis tres hermanas que en muy pocas ocasiones tenemos la oportunidad de estar juntas, se presentó algo inesperado que lo cambio todo.

Estaba verdaderamente entusiasmada, así que llegue a la casa con un montón de bolsas llenas de sandalias, trajes de baño, toallas para la playa muy hermosas y coloridas, lociones y cremas especiales para broncearnos y protegernos del sol, sombreros, lentes oscuros y cantidad de playeras, blusones, y mil cosas más para compartir.

Por no soltar ningún paquete, tratando de evitar subir la escalera dos veces, con gran dificultad intenté hacerlo, pero entre lo cansada, lo rápido que quería llegar a mi recámara para soltarlo todo y las compras que no me dejaban ver ni donde pisaba, en un instante perdí el equilibrio y pak, no solo caí, ¡reboté y me lastimé la cadera!

Para resumir mi desventura, les platico que las vacaciones se pospusieron, y que el médico ha recomendado, además del tratamiento y la rehabilitación necesaria, no hacer ningún esfuerzo por al menos durante un par de meses y menos exponerme a subir y bajar escaleras por mi propio pie.

Pensando en el gran problema que es para mí la disminución de la movilidad, lo primero que he tenido que hacer es buscar la manera de adquirir todo lo que necesito para la rehabilitación y tratamiento como son, un estabilizador de cadera, cojín, bastón, andadera para adultos, un soporte especial y barras de apoyo que deberé colocar en distintas áreas de la casa, así como algunos auxiliares para el baño.

Entre otras cosas, también he tenido que valorar la posibilidad de instalar un salvaescaleras, nunca imagine lo útiles y prácticas que estas sillas elevador pueden ser. Son una pieza fabulosa, uno solo se sienta y será llevado por la escalera sin ningún riesgo. Y lo mejor, se puede comprar nuevas y solicitar una instalación al gusto, o conseguir una usada a buen precio, o como en mi caso, una alquilada que servirá para resolver un problema transitorio consiguiendo que un técnico haga una buena adaptación a su escalera.

Antes pensaba que las sillas salvaescaleras solo eran para personas mayores, ahora comprendo lo útiles que son cuando una escalera representa un desafío para la salud lo que no siempre tiene que ver con la edad.

Moraleja: Si tus vacaciones no quieres arriesgar, con cuidado por las escaleras debes andar.

La falta de prudencia provoca los accidentes, en mi caso lamento mucho que por no querer subir la escalera dos veces, me perdí de unas estupendas y grandiosas vacaciones.

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